La eterna lucha entre el derecho a la información y el derecho a la privacidad vuelve a reaparecer con fuerza en Internet. El pasado mes de mayo el Tribunal de Justicia de la Unión Europea estableció el derecho a los ciudadanos a solicitar a los motores de búsqueda que borren sus datos. En los últimos tres meses Google ha registrado 120.000 peticiones.
El pasado 9 de septiembre comenzó una ruta por 7 capitales europeas donde el gigante de Internet junto con un grupo de expertos analizaron el ‘derecho al olvido’, un intento de equilibrar la información y la vida privada.
Una de las cuestiones radica en que son los propios buscadores los que actúan como jueces dirimiendo lo que se puede borrar y lo que no, porque se considera como información valiosa. El hecho que se plantea es no borrar la información, sino eliminar el link, de tal manera que sea más difícil acceder a dicha información. A partir de aquí el debate está abierto.
En España establece la Constitución por el artículo 18,4 “La Ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos”. Además también se encuentra la LOPD; medidas que determinadas empresas utilizan para comercializar con la eliminación de datos en Internet que afecten a la reputación de individuos y empresas.
Existen varias posturas a este respecto: algunas voces están de acuerdo con borrar esa información con datos caducos, no actualizados y sin interés público y otros hablan de que hacer desaparecer esa información conlleva caer en la falsedad histórica, pero ¿no es la historia más que la interpretación de los hombres? Todo lo que sabemos de hechos pasados lo encontramos en libros escritos por historiadores de la época, escritores, juglares, poetas etc., es decir, por la interpretación que ellos hacían de esos sucesos que más o menos se adecúan a la realidad. Pero no es la realidad en sí, puesto que ésta siempre cae en el agujero de las valoraciones y opiniones. Internet nos proporciona información como nunca antes con hechos reales y verídicos pero también llenos de intromisión humana escrita e inevitable. Ésta última postura no me vale.
La polémica de las últimas semanas de los robos en la ‘nube’ de fotos de famosas ha dejado entrever la fragilidad del sistema y darnos cuenta de que todos nuestros pasos en Internet están grabados casi desde el primer clic. Nunca antes habíamos tenido que manejar tanta información ¿Estamos preparados para asumirla y gestionarla adecuadamente? Desde mi punto de vista aún no: será un proceso de adaptación en el que la búsqueda de equilibrio será constante.
Para nosotros los usuarios de a pie es esta nueva resolución europea. Como individuos tenemos que tener la libertad de gestionar la información que volcamos sobre nosotros y el derecho de denunciar las mentiras y/o calumnias hacia nuestra persona, ¿porqué tiene que estar ahí un enlace perdido de un vídeo que hice hace 10 años? Otro tema son las personalidades públicas y los delitos graves como pederastia, asesinato, terrorismo… Que tienen que ser evaluadas en profundidad y de forma paralela.
Sin duda, más vale prevenir que curar. Aquí van 3 consejos que os ayudarán a tener vuestro historial limpio:
- Borrar cada cierto tiempo el historial de actividad de Google (calendario, búsquedas, maps, youtube…) No nos imaginamos la cantidad de información que este sistema almacena de nosotros. El día 13 de octubre estuve con mi amiga Susana tomando un Capuccino en el café Portobello de la calle La Golondrina a las 6 de la tarde mientras llovía. ¿Asusta verdad?
- Controlar los datos que subimos a Internet. Simplemente pensando dos veces sobre esa foto que quiero subir o ese comentario que quiero hacer puede ahorrarnos muchos quebraderos de cabeza.
- Controlar que políticas de datos aceptamos. Hay que proponerse leer un poquito más con qué estamos de acuerdo.
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